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Sobre el final llegaron las emociones y Emelec y Barcelona se repartieron honores

Emelec y Barcelona protagonizaron uno de los clásicos más vibrantes y emocionantes de los últimos años en el Estadio Capwell en donde sobre el final llegaron dos goles que sentenciaron un partido de en sueño para todo el amante de la Copa Lubricantes Havoline.

Desde el principio el partido se mostró muy caliente, con dos equipos que buscaban la apertura en el marcador. Angulo avisaba con un remate de cabeza, pero la mayor emoción llegaría a los 9’ cuando Ayrton Preciado se junte con Angulo y en una pared el mismo Preciado a ras de piso anotó un gran gol para desnivelar el marcador.

Barcelona no dejó de dar guerra y a los 27’ luego de un centro de Pineida, Marlon Mejía despejó el balón con la mano, el juez consideró que fue tiro penal y Michael Arroyo fue el encargado desde los doce pasos para poner el 1-1 con el que se fueron al descanso.

En la segunda parte la intensidad no bajaba, los jugadores disputaban cada pelota dividida como si fuera la última y la fricción provocó que Mario Pineida se retire expulsado por una doble amarilla.

Pese a que ninguno dejó de intentar y que ambos técnicos hicieron los cambios totalmente ofensivos, todo indicaba que el partido terminaría con el marcador igualado a uno.

Cuando caía el telón, Jefferson Montero elevó un centro a lo suyo 93’ y Brayan Angulo y de media tijera la mandó a guardar para que se vaya abajo el estadio. Todo indicaba que los tres puntos serían para los azules.

Barcelona sacó rápidamente desde el círculo central y se volcaron al ataque, la defensa ‘eléctrica’ se desconcentró y Bedder Caicedo mandó un centro para Victor Ayala que de chilena estrelló el balón en el vertical, el mismo quedó suelto y Erick Castillo la empujó para sellar con un 2-2 uno de los mejores clásicos del astillero en los últimos años.

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