Max Verstappen ganó este domingo, el Gran Premio de Italia, dejando en segundo y tercer sitio a los McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri.
Si hay un activo invaluable que tiene el equipo Red Bull de Fórmula 1 es Max Verstappen. El equipo de las bebidas energizantes puede perder al gurú que diseñó los autos más maravillosos de los últimos años que, sin dudas, se sentirá, pero es algo que se puede solventar. Pueden poner a cualquier corredor en el segundo auto, da igual. Pero bajo ningún punto de vista la escudería austríaca puede perder la gema que conduce el auto número 1. Y lo volvió a demostrar en el GP de Emilia-Romagna, justo en la 400ª carrera para el team que nació en 2005 con un triunfo absolutamente maravilloso.
Cuando hay un activo así hay que cuidarlo. Solo algunos datitos al pasar: de las 400 carreras de Red Bull en la historia de la F1, 65 fueron con Verstappen. Además, hay que sumar 43 pole positions y cuatro títulos. Es cierto, muchos de esos números se engrosaron en el período de extremo dominio del equipo, como en 2023, que se quedó con 21 de las 22 carreras (19 de la mano del neerlandés). Pero también lograron festejos cuando sus modelos RB no eran tan abrumadores. Como en 2021, cuando logró la primera corona en un mano a mano contra el aplastante Lewis Hamilton. Sí, estuvo el auto de seguridad polémico de Abu Dhabi que torció la historia, pero Max dio batalla a puro talento. Y este año pasa lo mismo.
Porque nadie puede dudar que McLaren tiene un coche superior al RB21, sin embargo, Verstappen se las ingenia y arregla, a puro talento y audacia, para presentar batalla. Y en Imola lo demostró en la largada, con una maniobra que cambió el destino de una carrera. El tetracampeón venía de perder con Oscar Piastri en la partida del GP de Arabia Saudita (quedó primero cortando camino y fue sancionado) y tenía en mente una venganza. Y lo hizo de manera brillante. Porque su largada no fue buena, de hecho el australiano tomó ventaja, pero al llegar a la entrada de la concatenación de curvas que forman Tamburello, construyó una maniobra sensacional para superar a Piastri y quedar primero.
En la sala de conferencia de prensa, la cara de Piastri le llegaba al piso. «Max me sorprendió, tenía el control, pero fue un gran movimiento de él. Es aprendizaje para la próxima», dijo el líder del Mundial, con más ganas de irse de Imola que de contestar preguntas.
Cuando Verstappen llegó a la punta, quedaba aún un examen gigante: el ritmo de carrera, el talón de Aquiles del RB21. El sobrecalentamiento de los neumáticos traseros fue la clave de la caída de este año de los austríacos. Para Imola, los ingenieros estrenaron un paquete de actualizaciones para acortar la brecha, que incluyó modificaciones en el piso, en la parte inferior de los pontones, todo con la idea de lograr más carga aerodinámica. ¿Acá habrá estado la clave? Tal vez, pero el ritmo que imprimió Max fue aplastante. Piastri perdía tiempo en cada giro, no tenía forma. McLaren apostó por parar temprano al líder del torneo. La detención en la vuelta 14 no fue limpia (se trabó el neumático delantero derecho) y salió en medio del tráfico. Oscar debía acelerar si quería pasar a Max cuando parara. Pero los registros de Verstappen seguían siendo más veloces, mientras el australiano luchaba por superar a otros rivales.
En la vuelta 29 se desplegó el auto de seguridad virtual por el abandono de Esteban Ocon y todo parecía asunto terminado. Max paró y volvió a pista con 12 segundos de ventaja sobre Norris. Sin embargo, llegó la gran chance para los McLaren cuando se quedó Kimi Antonelli, entró el auto de seguridad y la diferencia desapareció. Red Bull llamó a Max para poner caucho fresco y volvió adelante, porque Lando también se fue. Quedó delante de Piastri, quien no se detuvo. Cuando volvió el verde… Adiós Verstappen. ¡Hasta hizo el récord de vuelta! En los diez giros que tuvo la carrera desde que se reanudó, le sacó seis segundos de ventaja a Norris, quien finalmente fue segundo al pasar a Piastri.
Verstappen va a batallar hasta el final por lograr el quinto título en fila con Red Bull. El equipo hará hasta lo imposible para mantener contento a su mejor activo. Si hasta le permiten, sin chistar, girar con una Ferrari GT3 en Nordschleife (el trazado largo de Nürburgring) solo porque quiere darse el gusto de participar de las 24 Horas en el mítico Infierno Verde. Es su gema, lo cuidan y lo miman. El éxito le sirvió para acercarse a la punta del Mundial que sigue teniendo Piastri, quien continúa como el máximo candidato al título. Pero si el equipo de las bebidas energizantes logra achicar la brecha y queda cerca de McLaren, el resto es cuestión de Verstappen. Si no, que le pregunten a Mercedes y Lewis Hamilton qué pasó en 2021.