Max Verstappen ganó la mañana de este domingo 30 de noviembre en Catar y quedó a 12 puntos de Lando Norris, líder del campeonato, mientras que Oscar Piastri quedó a 16.
Y dentro del domino esgrimido en Qatar por los MCL39, Piastri fue el mejor. Pole para el sprint, victoria en el sprint y pole para la carrera principal. El de Melbourne tenía todos los boletos para ganar la competencia larga y llegar a Abu Dhabi con una ilusión un poco más grande, probablemente no gigante, porque Norris tenía todo para ser segundo. Parecía un resultado cantado, porque la carrera de Qatar tenía una carta fundamental que no se podía jugar: las estrategias. Pirelli, proveedor de neumáticos, impuso que no se podían dar más de 25 giros con el mismo juego de cubiertas por seguridad. Se trataba solo de girar, parar, girar, parar y terminar. Pero…
Más hechos fácticos. Norris falló. Una vez más. Las flaquezas del británico siempre dan lugar a un yerro. Alguna vez Ayrton Senna dijo: “Todos los años hay un campeón, pero no todos los años hay un gran campeón”. Tal vez la frase del brasileño calce perfecto si Lando finalmente se alza con la corona. Pero, mientras tanto, acumuló más errores.
Al de la qualy (perdió un giro lanzado por despiste) se le sumó una floja largada. Y si el que está atrás es don Verstappen, mi amigo, el destino está escrito. Max se puso al lado de Piastri y en McLaren empezó a romperse todo. Pero faltaba el hecho más trascendental de la carrera y el error más grave de los de Woking, que bien puede significar perder la corona de pilotos.
Séptima vuelta de las 57. Quedaban 50 giros, exactamente dos stint de 25, lo que Pirelli exigió. En esa séptima vuelta se tocaron Nico Hülkenberg y Pierre Gasly. El Sauber del alemán quedó tirado a un costado, la pista llena de suciedad y tuvo que entrar el auto de seguridad. ¿Qué pasó? 17 de los 19 autos en pista se detuvieron en boxes. Solo dos no se detuvieron: ¡los McLaren! Un error absolutamente insólito.
Porque, si bien es cierto que los dos pilotos de Woiking estaban cerca en pista, podían parar los dos juntos y uno aguardar detrás, como hizo Mercedes con Kimi Antonelli y George Russell. La carrera se definió para Verstappen.
“¿Por qué no lo seguimos a él?”, preguntó Norris por radio. Su ingeniero de pista le explicó lo inexplicable. A los pilotos de McLaren solo les quedaba acelerar, pero jamás se pudieron alejar de Verstappen. De hecho, Norris fue perdiendo ritmo después de un nuevo error: despiste en la curva 14. Piastri paró en la 24, Lando en la 25 y Max quedó adelante.
El golpe de Red Bull estaba dado, pero no por una genialidad de la estratega de Milton Keynes, quien varias veces dio muestras de su inteligencia. En este caso fue por un yerro garrafal de McLaren.
Max volvió a parar en la 32 (como todos los que se habían detenido en la séptima) y ya no había dudas de que ganaría la carrera. O, mejor dicho, que McLaren la perdería. Porque eso fue lo que ocurrió. Si bien el neerlandés exprimió al máximo a su Red Bull, el RB21 fue inferior a los McLaren en todo el fin de semana.
Solo el talento, la prestancia y el hambre de Verstappen lo había mantenido cerca. Sin el error del paredón de boxes del equipo papaya, el neerlandés no tenía chances de ganar.
McLaren anticipó la segunda detención de Piastri para el giro 43 y el de Norris, para el 45. El australiano tenía la imposible misión de descontarle 17 segundos a Verstappen en 14 vueltas. Para Lando se complicó aún más, porque retornó quinto y no podía pasar a Antonelli, por más DRS que utilizó en cada paso por la recta.
El resultado de Verstappen ganador y Lando quinto dejaba un escenario impensado para Abu Dhabi: triunfo de Max y tercer lugar de Norris, quinto título para el neerlandés. Pero en el giro final, después de defenderse brillantemente, Kimi se pasó en la décima curva y Norris ganó un lugar. “Le pegué al piano en la novena curva y me fui ancho en la décima”, se defendió el boloñés para tratar de bajar la espuma de la duda (McLaren usa motor Mercedes).
Esa posición que ganó Norris, potencialmente puede ser decisiva. Porque si el británico finaliza en el podio será campeón, sin importar qué haga Max.
La cara de Piastri al bajarse del auto fue la demostración cabal de una derrota dolorosísima. El australiano tenía todo para llegar a Abu Dhabi segundo en la tabla con una ilusión. Pero, finalmente, arribará tercero (lideraba con 34 de ventaja tras la 15ª fecha) y a 16 de Norris. Adelante le quedó Max, a 12 de Norris y con cuatro de ventaja sobre Oscar. El final de la historia se escribirá en una semana y alguno de los tres será el muchachito de la película. Los números favorecen a Norris y hasta claramente.
La fortaleza de Red Bull y Verstappen, sumado a los errores de McLaren y Norris abren la puerta a una definición que podría torcerse de manera casi inédita. Los de Woking tienen experiencia en eso de perder coronas de pilotos de manera increíble: 2007.
Los integrantes del team papaya se fueron conmocionados de Lusail. Tiene un puñadito de días para recomponerse. “¿El campeonato? Es posible, pero no estoy preocupado”, dijo Max.

