Lewis Hamilton confirmó en sus redes sociales, que su perrito, Roscoe, falleció después de días de luchar por su vida.
La noticia llegó días después de que el británico pidiera a sus aficionados oraciones por la salud de su mascota, internada en una clínica de Londres debido a complicaciones respiratorias.
“Anoche perdí a mi mejor amigo. Gracias a todos por el cariño que le han demostrado a lo largo de los años. Roscoe, para siempre”, escribió el siete veces campeón del mundo en su cuenta de X, confirmando la triste noticia antes de viajar rumbo a Singapur para disputar la próxima fecha del campeonato.
Roscoe no era un perro cualquiera. Con 1.3 millones de seguidores en Instagram, se convirtió en la mascota más famosa del automovilismo mundial. Al igual que Coco —su otro bulldog fallecido en 2020— contaba incluso con acreditación oficial de la FIA para acceder a los circuitos, como cualquier miembro del equipo. “Siempre lo consideré parte de mi familia”, confesó Hamilton en más de una ocasión, reflejando la importancia que el animal tenía en su vida personal y profesional.
El bulldog ingresó la semana pasada con una fuerte neumonía que lo llevó a paro respiratorio. Los veterinarios lograron reanimarlo y mantenerlo en coma inducido, pero finalmente no pudo superar la crisis. El propio Hamilton mantuvo informados a sus seguidores en redes sociales sobre el estado de salud de Roscoe, mostrando la angustia de cada jornada.
Una ausencia que marcó su preparación
La gravedad del cuadro llevó al británico a ausentarse de los test de neumáticos de Pirelli en Mugello, donde Ferrari tuvo que recurrir a Guanyu Zhou para completar la sesión. “Por favor, mantengan a Roscoe en sus pensamientos”, pidió Hamilton días antes, evidenciando que su prioridad era acompañar a su fiel amigo hasta el último instante.
